En Mapei, los niveles de calidad de los adhesivos para cerámica están detallados de manera concisa y eficaz en las categorías de clasificación previstas por la normativa EN12004, cuya primera versión, elaborada por un grupo técnico en el seno del CEN, el Comité Europeo de Normalización, se remonta a 2001.
Estas clases se dividen en dos categorías, básicas y opcionales. Las clases básicas son la C1 y la C2 para los productos cementosos: la pertenencia a la primera, normal, o a la segunda, mejorada, depende de los niveles de adherencia del producto. Los adhesivos en dispersión pueden incluirse en la clase D1 o D2, mientras que para los adhesivos reactivos está prevista una única clase, la R. Las clases opcionales son solo para los adhesivos cementosos, la F para los adhesivos de fraguado rápido, la E para los adhesivos con tiempo abierto prolongado, la T para los adhesivos con deslizamiento vertical nulo, la S1 para los adhesivos deformables y la S2 para los adhesivos muy deformables. Las clases básicas definen las características descritas en el marcado CE del producto, que es obligatorio para poder comercializar el mismo dentro de la Comunidad Europea. La clase C1 define, pues, los requisitos mínimos de un adhesivo cementoso para baldosas cerámicas en Europa. Casi 15 años después de su introducción, la norma EN12004 sigue siendo una excepcional herramienta de comunicación y marketing. Entre las ventajas que ofrece a los usuarios y a quienes elaboran las prescripciones para la instalación de baldosas cerámicas destacan:
Además, desde el 1 de julio de 2013, el nuevo reglamento para los productos de construcción ha introducido la obligación de la declaración de prestaciones (DdP): para cada producto con marcado CE, incluidos los adhesivos, la empresa debe emitir una DdP que indique las prestaciones en base a la norma correspondiente.
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