La separación que se deja entre todas las baldosas cerámicas contiguas es lo que comúnmente se denomina junta de colocación y su grosor deberá ser superior a 1,5 mm en interiores y a 5,0 mm en exteriores. Esta está expuesta a las mismas agresiones que las baldosas, por lo que es necesario que estén compuestas por un mortero resistente. Desde Anfapa nos explican las claves de aplicación y sus funciones.
En primer lugar sobre las funciones cabe resaltar que estas sirven para disminuir los movimientos y las tensiones del recubrimiento, mejorar la adherencia global de la baldosa y frenar el paso del agua hacia el soporte. Pero además, estas son necesarias para evitar la pérdida de adherencia, pandeos y grietas que puedan sufrir las baldosas cerámicas debido a distintos factores. Finalmente y más allá de las funciones técnicas, estas juntas desempeñan una función estética.
Por otra parte y tal y como nos explican, cabe resaltar cómo ha de aplicarse este producto. Primero se aplica el material con una llana de goma dura y filo vivo extendiéndolo siempre en diagonal respecto a la trama de juntas, con ello conseguimos que el embutido sea uniforme en toda la anchura y longitud de la junta de colocación y evitamos que el filo de la llana penetre en la junta. Con esta aplicación en diagonal se logra un buen rebañado del material sobrante.
Por lo que respecta a la limpieza, la primera ha de realizarse con una esponja rígida de calidad, siempre en diagonal con respecto a la trama de juntas. Eso sí, es importante escurrir la esponja en muchas ocasiones y renovar el agua que se utiliza. Posteriormente se ha de realizar una segunda limpieza con trapo o gamuza seca, y si persisten materiales endurecidos sobre la superficie de la baldosa se deberá limpiar con un cepillo de plástico y un desincrustante compatible con la resistencia química de la baldosa.
Para finalizar, hay que proteger el recubrimiento con láminas de plástico en la primera fase de maduración o endurecimiento, para conseguir un secado más homogéneo y evitar polvo en la superficie. Un proceso que también puede realizarse mecánicamente.