LA INNOVACIÓN Y LA TECNOLOGÍA PARA CONTROLAR LAS FILTRACIONES EN CUBIERTAS

Una cubierta plana, utilizando los materiales adecuados e instalada por profesionales, es estanca para toda la vida. Sin embargo, en ocasiones, se pueden producir daños en el sistema de impermeabilización que pueden provocar la aparición de filtraciones. Estas filtraciones pueden ocasionar importantes daños en el interior del edificio, afectando a la estructura, además de suponer un importante gasto energético y económico. Por ello, su rápida detección será clave para atajar el problema de manera rápida y efectiva.

“En el mercado existen diferentes sistemas para la detección de las filtraciones, con los que encontrar el problema y atajarlo de manera segura”, afirman desde AIFIm. La Asociación de Fabricantes de Sistemas de Impermeabilización que representa a las principales empresas del sector como SIKA, Danosa, Soprema, BMI-ChovA, Mapei, RENOLIT-ALKORPLAN y ASSA.

TECNOLOGÍA PARA PREVENIR
La rápida detección de las filtraciones en la cubierta es la manera más eficaz de atajar el problema. En el mercado existen soluciones para el control de las filtraciones basadas en las últimas tecnologías, que se pueden instalar durante la construcción o la rehabilitación de la cubierta.

1) Geotextil conductivo.

Este innovador sistema de medición requiere solo una fina película de agua sobre la superficie de la cubierta para ser totalmente eficaz. Para localizar la filtración y determinar los defectos en la cubierta, se aplica una corriente intermitente de baja tensión a la superficie de la cubierta, que fluirá hacia la filtración.

Su instalación se lleva a cabo durante la fase de construcción (o rehabilitación) de la cubierta, cuando se instala un geotextil especial conductivo entre la membrana de impermeabilización y el aislamiento. Este geotextil actúa como capa separadora con la estructura de la cubierta. Para realizar las mediciones, se colocan dos placas de contacto por cada 1.500 m2 (aproximadamente) para asegurar una conexión fácilmente accesible al exterior.
Los tubos de control se instalan sobre las placas de contacto para asegurar la estanqueidad y el acceso al punto de medición.

2) Sensores para controlar la humedad sobre la cubierta.

Esta es una tecnología basada en la Radio Frecuencia de Identificación (RFID) o lo que es lo mismo, la transmisión de datos sin cables por ondas de radio (presente en los lectores de tarjetas de crédito, llaves de hoteles, etc.).
Los sensores se pueden instalar sobre cualquier tipo de cubierta, en intervalos variables –desde un sensor por m2, hasta un sensor por cada seis m2 máximo–. Después, se pueden realizar chequeos periódicos sobre la cubierta para comprobar su estado, emitiendo informes que se pueden compartir con la propiedad incluso vía móvil.

“Ambos sistemas permiten localizar las filtraciones de manera precisa, permitiendo una rápida reacción en caso de detectarse la patología. De esta manera, a la hora de proceder a la reparación, esta se llevará a cabo en la zona dañada, sin comprometer el resto de la cubierta o interrumpir la actividad en el interior del inmueble”, destacan desde AIFIm.

¿Y si no contamos con un sistema de detección basado en la tecnología?
Cuando la anticipación no es posible y en el interior del edificio aparecen las temidas manchas de agua y moho, lo mejor es ponerse en manos de un profesional para que realice una revisión de la capa de impermeabilización, detectando roturas o desgarros.

Para ello, el técnico revisará la cubierta prestando atención a los puntos singulares, encuentros, uniones y juntas. Allí donde perciba una mayor acumulación de partículas
sueltas arrastradas por el agua, se realizará un examen más detallado para encontrar la entrada del agua.
Una vez detectada la vía de acceso, se revisa toda la zona en sentido ascendente para descartar otros puntos por dónde pueda filtrarse el agua.

Finalmente, se procede a parchear la zona. Para ello, se limpia correctamente el espacio a reparar, para después fijar el parche mediante calor y con la aplicación de un rodillo, prestando especial atención a los bordes. Los parches deben ser redondeados, para que la tensión no levante los bordes.

“La cubierta es un elemento fundamental del edificio, ya que nos protege de las inclemencias del tiempo y brinda una mayor estabilidad y seguridad al inmueble. Por eso, el buen estado de la impermeabilización tiene tanta importancia ya que contribuye a alargar la vida útil de otros sistemas (como la capa de aislamiento), garantizando el correcto funcionamiento de toda la cubierta. La rápida detección de problemas en la impermeabilización será clave y, en este contexto, la innovación nos brinda respuestas precisas y eficientes”, concluyen desde AIFIm.

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