El Roig Arena ha completado con éxito su prueba de sonido, confirmando la eficacia de su sistema de aislamiento acústico, clave para garantizar la convivencia del recinto con los barrios colindantes.
Durante el ensayo, se alcanzaron los 104 decibelios en el interior —el máximo legal permitido para espectáculos— sin que el sonido superara los 60 dB en el exterior, un nivel similar al ruido del tráfico habitual. Las mediciones se realizaron junto a la fachada más expuesta, con resultados dentro de los límites normativos.
El recinto incorpora más de 60 capas de aislamiento en algunas zonas, con más de un metro de grosor, lo que permite contener tanto frecuencias agudas como graves. Además, el acondicionamiento acústico interior mejora la calidad del sonido durante conciertos y eventos sin necesidad de elevar la potencia.
Según los responsables técnicos, el sistema ha respondido según lo previsto y no se esperan molestias sonoras una vez comience la actividad. La apertura oficial está prevista para septiembre.