EDIFICACIONES PASSIVHAUS

La dirección integrada del proyecto, diseño, promoción, gestión y construcción estuvo a cargo de Grupo LOBE, compañía española de origen aragonés que, con un espíritu claramente innovador, ha desarrollado un modelo propio de gestión integral fruto de una transformación digital y cultural que le ha llevado a poder ofrecer al mercado un producto totalmente diferencial, apostando fuertemente por el diseño y la calidad en sus viviendas pero con acento en la edificación sostenible, convirtiéndose en la única compañía promotora y constructora en España que certifica bajo este estándar todas sus operaciones. Actualmente el 100% de sus operaciones en marcha, que suman más de 2.000 viviendas, ya son ‘Passivhaus’ con compromiso de certificación, habiendo certificado ya 396 viviendas de 6 edificios ubicados en Zaragoza y Madrid.

Passivhaus es un estándar de construcción, el más eficiente en materia de eficiencia energética a nivel mundial, por encima de la certificación Clase A., que reduce de forma drástica las necesidades de energía en la vivienda, hasta el punto de que tienen un consumo de energía casi nulo.
Este sello tiene origen alemán y se remonta a 1988, cuando se creó el concepto que distingue las construcciones con un consumo energético casi inexistente y unas altas prestaciones interiores de confort, por encima de la Clase A de las calificaciones tradicionales. Los edificios tienen que reunir cinco principios básicos para conseguirlo: excelente aislamiento térmico, carpintería de altas prestaciones (con vidrios con doble o triple cámara de aire según el tipo de clima), estanqueidad, ausencia de puentes térmicos y ventilación mecánica con recuperador de calor (con intercambiador de calor de doble flujo). El resultado de estas construcciones es que las viviendas pueden mantener una temperatura de 20 grados en invierno y 25 en verano con un recurso mínimo al consumo energético. El ahorro en climatización llega al 90%.

La posibilidad de reducir la factura de la luz, el bienestar que supone vivir en una vivienda cuya temperatura es constante todo el año y uniforme en toda la vivienda, donde respira aire limpio sin la necesidad de ventila ya que estas viviendas están ventiladas las 24 horas del día y, además, el aire que entra está limpio y atemperado gracias al sistema de filtrado y recuperación de calor, donde no sufre de contaminación acústica, y como si eso fuera poco, sabe que con su vivienda está contribuyendo a bajar las emisiones de CO2 a la atmósfera. Todo ello, supone que cada vez más personas estén demandando viviendas de consumo de energía casi nulo con certificación Passivhaus. Con acento siempre en la certificación, pues esta es la única garantía de que la vivienda cumple con los parámetros que marca el estándar alemán. Certificar es, en resumen, un control de calidad para el promotor/constructor y una garantía de confort para el usuario.
Las construcciones de este tipo en España se cuentan todavía con cuentagotas, sobre todo las que van más allá de la vivienda unifamiliar o pequeños complejos multifamiliares que no pasan las 20/25 viviendas y suelen ser de cierto lujo. Grupo LOBE, sin embargo, ha apostado por el sello Passivhaus y espera levantar más de 2.000 pisos con esta certificación hasta 2021. Ya ha concluido 396 de ellas repartidas en 6 edificios multifamiliares de Aragón y la Comunidad de Madrid.

La pregunta habitual cuando hablamos de estas viviendas siempre es la misma: “¿cuánto cuesta una vivienda de estas características?”. La respuesta depende de la empresa que esté llevando a cabo el proyecto. Si bien es cierto que hay unos costes más altos asociados a equipamientos o materiales, y una forma diferente de construir, esto no debería repercutir en el precio. De hecho, en el caso del edificio Infinity que son viviendas de protección oficial, se vendió la totalidad de la promoción como un edificio tradicional y fue a posteriori cuando se decidió que también se construiría, con su correspondiente certificación, bajo el estándar passivhaus.

El punto es que las empresas constructoras deben “industrializar” sus procesos, deben tener un riguroso control de los procesos y los costes asociados, y de esta manera, en lugar de repercutir el incremento del coste en el precio final, se pueden eliminar ineficiencias para poder absorber los costes sin necesidad de bajar la calidad de los acabados ni subir los precios. En el caso de Infinity, el precio de las viviendas está entre los 175 y 190 mil euros según la orientación y planta en que se encuentre, partiendo siempre de 90 m2 en adelante.

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