Elegir el tipo de suelo adecuado para una vivienda es una decisión que va mucho más allá de lo estético. El suelo tiene un impacto directo en la funcionalidad, el confort térmico y acústico, el mantenimiento diario y, por supuesto, en la personalidad de los espacios.
En esta guía para principiantes, repasaremos lo básico a considerar al elegir el parquet perfecto, teniendo en cuenta tanto el diseño como el tipo de uso que se le dará, y exploraremos otras opciones modernas como el suelo laminado.
El Parquet es un tipo de revestimiento para suelos fabricado a partir de madera o con una capa superior de madera auténtica. Lo que lo diferencia de otros suelos es precisamente ese toque cálido, orgánico y atemporal que solo la madera puede ofrecer. Hoy en día, el parquet multicapa es la opción más utilizada, ya que combina una capa superior de madera noble con capas inferiores de otras maderas que le dan estabilidad estructural.
Algunas colecciones de parquet están especialmente tratadas para ser resistentes a la humedad, lo que las hace viables incluso en cocinas y baños, algo que hace años era impensable con suelos de madera.
En cuanto a su instalación, el parquet se puede colocar mediante sistemas de clic, lo que simplifica el proceso, o con cola, según el modelo y las condiciones de la vivienda. Además, muchas opciones actuales son compatibles con suelo radiante, lo que añade confort térmico sin afectar la estética.
Una de las alternativas más prácticas al parquet tradicional es el suelo laminado. Aunque no se fabrica con una capa de madera noble, su diseño superficial puede imitar con gran realismo diferentes tipos de madera, desde el roble claro hasta tonalidades oscuras más sofisticadas.
Los suelos laminados están compuestos por varias capas: generalmente se usa una base estabilizadora, un núcleo de fibra de alta densidad y una lámina decorativa en la parte superior protegida por una capa resistente al desgaste. Esto los convierte en una opción especialmente indicada para zonas de mucho tránsito o para hogares con niños y mascotas.
Además, este tipo de suelos suelen requerir poco mantenimiento, basta con barrer con regularidad y pasar una mopa húmeda de vez en cuando. No se raya con facilidad y aguanta bien el uso diario, incluso en zonas de gran actividad.
La elección entre parquet y suelo laminado dependerá de varios factores: el presupuesto, el tipo de uso previsto, la frecuencia de limpieza, la ubicación de la estancia y, por supuesto, el estilo que quieras conseguir.
Si valoras la naturalidad, la calidez y la posibilidad de renovar el suelo con lijado en el futuro, el parquet será una excelente elección. Si, en cambio, prefieres una opción económica, duradera y fácil de mantener, el suelo laminado será una alternativa muy funcional sin sacrificar el diseño.
En cualquier caso, asegúrate de consultar con un instalador profesional y, si es posible, ver muestras físicas antes de tomar una decisión. El suelo es una parte esencial de tu hogar, elige con calma y pensando en el día a día.