Por morteros de cal entendemos una mezcla de uno o más conglomerantes donde uno de ellos siempre es la cal, áridos, agua y en ocasiones adiciones y/o aditivos.
Según su composición y en función del conglomerante utilizado distinguiremos a parte del ya conocido mortero de cemento:
En función de las características del cemento utilizado y de las cantidades empleadas, las propiedades del mortero van a variar mucho, sobre todo en los tiempos de fraguado y en las resistencias mecánicas a corto plazo.
Estos morteros tienen aplicación tanto en obras de restauración como en obra nueva. En aplicaciones de restauración el cemento más utilizado es el blanco porque va a facilitar la pigmentación de los morteros. En otro tipo de aplicaciones como el revestimiento y al igual que para el resto de morteros se ha de comprobar siempre la compatibilidad con el soporte, siendo necesario en ocasiones realizar un tratamiento previo del soporte con el objetivo de obtener una adherencia y estabilidad adecuadas.
Son conocidas las diferentes aplicaciones de los morteros de cemento y que resultan también válidas para los morteros mixtos de cemento y cal, también conocidos como “morteros bastardos” o morteros puros de cal. Para el caso de morteros mixtos cementosos con cales aéreas sus principales aplicaciones son como morteros de revestimiento y para su uso en obras de fábrica.
El uso de este tipo de morteros es muy amplio, entre sus principales aplicaciones podemos encontrar:
Se puede encontrar en diferentes acabados: liso, fratasado, bruñido o raspado. Y su aplicación puede ser tanto de forma manual como mecánica con máquina de proyectar.
Importante también es su uso en la reparación y relleno de juntas tanto en muros de ladrillo como de piedra natural por ejemplo.
Se trata de un tipo de mortero con prestaciones específicas para determinadas aplicaciones que se distinguen por las siguientes ventajas y características: