La crisis sanitaria provocada por la COVID-19 y el confinamiento han puesto de manifiesto las grandes deficiencias que presentan los hogares españoles, sobre todo en lo referido al gasto energético, la mala calidad del aire interior y los problemas de aislamiento.
Frente a esto, se hace imprescindible apostar por un concepto que lleva ganando importancia durante la última década, el Passivhaus.
Básicamente se trata de un sistema para optimizar el gasto energético de la vivienda y aumentar el bienestar de la misma.
Los edificios Passivhaus, también conocidos como ‘casas pasivas’, consiguen reducir en un 75% las necesidades de calefacción y refrigeración. La poca energía suplementaria que requieren se puede cubrir con facilidad a partir de energías renovables, convirtiéndose en una construcción con un coste energético muy bajo para el propietario y el planeta. De este modo, se produce un ahorro de hasta el 90% frente a una vivienda tradicional, aportando además mayor salubridad en el aire y amortizándose en poco más de cinco años.
Este estándar de calidad se basa en varios principios básicos.
No obstante, el estándar Passivhaus nace en Alemania, dentro del clima del norte europea. Es por ello que para adaptar el sistema a nuestra zona mediterránea ha nacido el Passivhaus On que añade dos puntos más:
Todas estas mejoras no solo suponen una apuesta por la eficiencia y el medioambiente, sino que pronto serán un requisito fundamental en nuestro país. El nuevo Código Técnico de Edificación, de obligado cumplimiento para obra nueva y rehabilitación a partir de 2020 ya profundiza en muchos de los puntos indicados.
Asimismo, para aquellas personas que duden acerca de la implementación del estándar, se recuerda que incorporar cualquiera de estas propuestas va a significar una mejora en la calidad de vida de la casa, aunque no se realicen todas o a la vez.