El sistema SATE consiste en un material aislante adherido al muro habitualmente por fijación mixta mediante adhesivo y fijación mecánica.
El aislante se protege con un revestimiento que se aplica directamente sobre las placas aislantes y que esta constituido por dos capas de mortero entre las cuales se coloca una malla de refuerzo.
El sistema SATE debe de contar con el DITE o Documento de Idoneidad Técnica Europeo.
Los soportes, tanto en obra nueva como de rehabilitación, deben ser:
Se colocan antes de las placas de aislamiento, horizontalmente en el límite inferior de la zona a revestir. Antes de fijar el perfil de arranque debe de respetarse un zócalo de mínimo 15 mm, para evitar la transmisión de humedad por capilaridad.
Su función es la de permitir realizar de manera uniforme el arranque de la colocación de las placas y crear una zona de protección contra las humedades, golpes, etc.
Según el fabricante existen varias formas para la aplicación del adhesivo en las placas aislantes.
Extender un cordón perimetral y pelladas centradas sobre el reverso de la placa aislante. Extender con llana dentada el adhesivo por todo el reverso de la placa.
Para grandes superficies puede optarse por extender un cordón con la ayuda de una máquina de proyectar y colocar sobre él las placas aislantes.
Las placas se apoyan sobre el perfil de arranque, ejerciendo una fuerza de vaivén para repartir el adhesivo, posteriormente se presionan con ayuda de la llana. Las placas se colocan a rompe juntas.
En caso de aplicaciones con adhesivo en toda la superficie, se presionarán las placas directamente con la llana.
Las placas aislantes se fijan al soporte mediante adhesivo y fijación mecánica complementaria compuesta de tacos de plástico con cabeza circular.
Las esquinas deben estar protegidas con perfiles metálicos, que sirven para reforzar puntos críticos y obtener verticalidad y uniformidad. Se recomienda el uso de esquineros con malla.
Presionar sobre la malla para embutirla en el mortero, y tapar la malla con otra capa de mortero.
Las placas se revisten con una primera capa de mortero, llamada capa base, de aproximadamente 1 a 2 mm de espesor.
Sobre el mortero base se coloca la malla cuyo tejido debe penetrar mediante presión sobre la primera capa de mortero fresco.
Los encuentros entre dos mallas deben solaparse un mínimo de 10 cm con los tramos contiguos de malla.
Tras el secado de la primera capa de mortero, se aplica una segunda capa que cubra completamente la malla. El espesor aproximado de las 2 capas será de 4 mm. Tras un tiempo de secado se pasa una esponja o fratás para dejar la superficie lisa.
Una vez aplicada la 2a capa de mortero se espera 24h y se aplica la imprimación cuyas funciones son:
Para obtener un acabado uniforme es conveniente crear zonas de trabajo, delimitadas
por “cintas de pintor” que eviten “empalmes” entre aplicaciones discontinuas.
Hay múltiples acabados entre los que destacan, el proyectado, el fratasado, rayado,
talochado y planchado.