Arabia Saudí, sede confirmada de la Copa del Mundo de 2034, busca deslumbrar al mundo con una propuesta arquitectónica sin precedentes: un estadio de fútbol suspendido a 350 metros de altura. El NEOM Sky Stadium, como se ha dado a conocer el proyecto, formará parte del ambicioso desarrollo urbano de NEOM, la futurista ciudad saudí que simboliza la apuesta del reino por la innovación y la sostenibilidad.
El estadio, con capacidad para 46.000 espectadores, funcionará íntegramente con energías renovables, combinando la fuerza del sol y el viento. Según los planes presentados, su construcción comenzaría entre 2026 y 2027, con una inauguración prevista para 2032, justo a tiempo para albergar partidos del Mundial, desde la fase de grupos hasta los cuartos de final.
Aunque la idea de un campo de fútbol sobre un rascacielos ha generado entusiasmo por su originalidad, también despierta dudas en el ámbito de la ingeniería, dado el enorme desafío estructural que implica. Sin embargo, el proyecto refleja el poder económico y la visión transformadora del país, decidido a mostrar su capacidad para realizar obras de escala monumental.
NEOM, impulsada por el príncipe heredero Mohammed bin Salmán, es un desarrollo valorado en 1,5 billones de dólares y considerado el eje central del plan para diversificar la economía saudí más allá del petróleo. El objetivo es convertir la región en un centro global comparable a Hong Kong, donde converjan la tecnología, la sostenibilidad y el turismo de lujo.
Con iniciativas como el Sky Stadium, Arabia Saudí busca no solo organizar un Mundial, sino también marcar un antes y un después en la arquitectura deportiva y en la imagen que proyecta al mundo.
