Existen gran cantidad de elementos que condicionan el correcto mantenimiento de las baldosas cerámicas. Desde ‘tureforma’ os contamos en este especial distintos procesos que debemos tener en cuenta y que nos ayudarán a aumentar su durabilidad. La Guía de la Baldosa Cerámica ofrece consejos que van desde el proceso de instalación hasta su mantenimiento diario.
PREVIO A LA INSTALACIÓN
Así pues, es muy importante el trabajo previo a la instalación, como por ejemplo la impermeabilización de los espacios húmedos. Además, también es imprescindible que la superficie que vayamos a revestir esté totalmente nivelada, por lo que es recomendable la utilización de autonivelantes.
Antes
Después
Otro aspecto fundamental a tener en cuenta antes de la instalación el la correcta limpieza de toda la superficie. Es necesario barrer todo el espacio, lo que permitirá mejorar la adherencia del material de agarre.
DURANTE LA COLOCACIÓN
Centrándonos en la colocación, es muy importante que contemos con la luz adecuada puesto que nos permitirá observar con mayor claridad cualquiera de los defectos que puedan existir. Es por ello que es necesario que la intensidad de la luz sea superior a la que iluminará el espacio cuando finalice la intervención. Además, también es recomendable marcar líneas de distribución en el suelo que sirvan de guía para que las baldosas se coloquen rectas y que cuadren.
CAPA FINA Y DOBLE ENCOLADO
Pese a que todo lo mencionado hasta ahora es de vital importancia, la elección del tipo de adhesivo los es más si cabe. Este se escogerá en función de las características de la pieza.
Así, se recomienda el sistema de colocación de capa fina con un adhesivo flexible (son deformables con tiempos abiertos ampliados) y en el caso de formatos superiores a 31,6 x 31,6 es aconsejable la técnica del doble encolado, es decir, aplicar adhesivo tanto en la superficie de colocación como en el reverso de la baldosa.
Por lo que respecta a la manipulación de las baldosas, esta debe hacerse de forma cuidadosa para evitar desconchados, rayas en la superficie y demás daños.
LAS CRUCETAS
Llega ahora el momento de hablar de las crucetas, elemento fundamental para la correcta colocación de las baldosas. Estas se deben colocar entre las baldosas y retirar cuando estén totalmente fijas. Se recomienda que la separación no sea inferior a 1,5 mm y que las crucetas tengan al menos 1 mm. En el caso de los modelos rústicos se aconseja que la junta mínima sea de 3 mm.
También hay que destacar que como no se van a colocar todas las baldosas de una vez, debemos tener en cuenta que el material ya colocado se habrá retraído y que el que coloquemos después sufrirá el mismo proceso.
Esto se ha de tener en cuenta para no crear un pequeño desnivel. Las juntas perimetrales ayudarán a absorber cualquier movimiento post-obra. Unas juntas cuya anchura mínima ha de ser de 8mm y que deben quedar vacías o rellenas con un material que sea compresible.
EL REJUNTADO
Finalizando ya con la colocación, es importante que las juntas de colocación estén vacías y limpias para mejorar la adherencia y efectividad del material de juntas.
El rejuntado se debe desarrollar cuando las baldosas estén completamente adheridas y el material se debe aplicar con un llana de goma.
LIMPIEZA PROFUNDA
Una vez colocada de forma adecuada es fundamental que se lleve a cabo una limpieza profunda de toda la superfície que elimine los restos de material que pueden quedar. Este proceso se debe llevar a cabo al poco tiempo de finalizar con la colocación. Estos restos de material rejuntado han de eliminarse con una esponja humedecida de agua limpia. Se trata de un proceso que evitará que el material rejuntado se incruste en la superficie esmaltada.
Por otra parte, es importante evitar el uso de productos de limpieza que contengan ácido fluorhídrico, así como detergentes que pueden abrasionar el material.
MANTENIMIENTO DIARIO
Sobre este aspecto hay que destacar que el mantenimiento de las piezas cerámicas es bastante sencillo gracias a la naturaleza del producto. Así por ejemplo, su limpieza periódica se llevará a cabo con un lavado con agua o una solución diluida de detergente. Esto es suficiente para que la pieza usada como pavimento o revestimiento vuelva a contar con las características originales.
HUMEDADES
Se puede dar el caso de que aparezcan una serie de manchas negras o verdes. Esto suele ser por la aparición de hongos debido a la humedad que se concentra en el recubrimiento. Este problema se puede solucionar con la limpieza de la superficie con lejía doméstica, si bien es cierto que lo recomendable es probar primero el efecto que este producto tiene sobre una de las baldosas.
La firma especialista en el tratamiento de manchas y verdín sobre pavimentos y revestimientos cerámicos es Fila, que ofrece gran variedad de soluciones muy efectivas para según el tipo de material cerámico que dispongamos.
LIMPIEZA EXTRAORDINARIA
Aunque como hemos expuesto anteriormente, la limpieza de nuestros pavimentos y revestimientos resulta en principio bastante sencilla, hay momentos en los que puede caer sobre la superficie cerámica determinados elementos que les pueden causar un gran daño.
ANTES
DESPUÉS
Productos como colorantes enérgicos que pueden ser derramados o entrar en contacto con su superficie y producir manchas o incrustaciones.
Para estas situaciones es necesario recurrir a agentes de limpieza que han de escogerse con precaución, teniendo en cuenta el tipo de revestimiento y la naturaleza de la mancha. No obstante, se recomienda, al igual que se ha apuntado anteriormente, comprobar el efecto que este material puede tener en la superficie del revestimiento.