Las juntas de colocación son un elemento esencial para la calidad final, durabilidad y buen comportamiento del sistema cerámico. En todos los casos, deben cumplir con las siguientes funciones técnicas necesarias para el revestimiento:
La anchura y dimensionamiento de la junta de colocación se debe elegir en función del tipo y formato de la baldosa, sus tolerancias dimensionales, coeficientes de dilatación térmica de los materiales, grado de estabilidad de los soportes, las condiciones ambientales y las exigencias de uso y, finalmente, según las propiedades de los materiales de rejuntado y sellados seleccionados.
No se debe colocar en ningún caso un revestimiento cerámico sin junta (“a testa”) o con una separación entre baldosas cerámicas inferior a 1,5 mm. Una colocación sin junta ayuda a la propagación de baldosa a baldosa de las tensiones del soporte y de las tensiones por dilatación del revestimiento, que pueden dar lugar a levantamientos, desprendimientos o fisuraciones.
En todos los casos, la separación entre baldosas contiguas siempre será al menos igual o mayor de 1,5 mm de anchura. Se considera junta mínima aquella que oscila entre 1,5 y 3 mm de anchura, junta estrecha aquella que oscila entre 3 y 5 mm de anchura y junta ancha si tiene más de 5 mm de anchura.
Materiales de rejuntado para baldosa cerámica
Los materiales de rejuntado para baldosas cerámicas pueden ser de dos tipos según la naturaleza química de sus conglomerantes:
En el caso de los adhesivos del tipo CG cementosos, la norma establece dos clases:
con los requisitos para las características adicionales, que se indican con el símbolo W para absorción de agua reducida y/o A para alta resistencia a la abrasión).
Para más información visitar la web de ANFAPA