¿FOTOVOLTAICA O SATE?

En estos últimos meses, gracias al impulso económico de los Fondos Next Generation, se está generando un incremento en la búsqueda y logro de las mejoras de eficiencia energética por parte de las empresas, organismos públicos y ciudadanos, para conseguir en sus edificios el tan ansiado ahorro de energía, reducción de la factura energética y minorar el impacto ambiental que ocasiona el uso de esta energía.

 

Cuando los propietarios de un edificio abordan una mejora de eficiencia energética se encontrarán con una interrogante:

 

¿Adopto medidas activas o pasivas?

 

La respuesta ideal sería adoptar ambas medidas, pero en mucha ocasiones por cuestiones económicas o por cuestiones prácticas (como no querer entrar en obras mayores) suele decidirse por las medidas activas y dentro de ellas una de las más recurridas en esto últimos años es la generación fotovoltaica. Y es que nos están bombardeando a través de publicidad en televisión, internet, redes sociales y llamadas telefónicas ofreciendo paneles fotovoltaicos, como la solución ideal para enfrentar estos problemas. Evidencia de estas decisiones los tenemos en el Informe del Sistema Eléctrico realizado por Red Eléctrica que en el año 2021 registro un crecimiento de la potencia fotovoltaica del 37,4% y en el informe previo del 2022 nos habla de un incremento máximo histórico (con la cifra aún por cerrar); mientras que en el mercado de SATE se estima un crecimiento del 28% en el año 2021.

 

 

Pero la decisión más acertada tendría que ser realizar primero las medidas pasivas como son los sistemas los aislamientos térmicos por el exterior (SATE) Traditerm de Grupo Puma. Que no se me mal interprete, ambas medidas son necesarias y ambas medidas son funcionales, pero lo que cuestiono es el orden en el que se les está priorizando, como ejemplo: hay comunidades donde los proyectos de SATE representan aproximadamente un 10% frente a los proyectos de paneles fotovoltaicos.

 

La razón de intervenir primero con medidas pasivas es evitar las pérdidas de energía usada para refrigeración o calefacción, sin importar el origen o coste incurrido para generarla. Puede que sea un estereotipo, pero no deja de ser verdad: la energía más barata, limpia y segura es la que no usamos. De qué nos sirve generar energía, si igual la vamos a perder muy fácilmente. Las medidas pasivas, tipo Sistemas Traditerm de Grupo Puma, son las que nos permiten evitar esas pérdidas y en los casos que se complementan con las medidas activas forman un tándem con un potencial tremendo.

 

 

El ahorro de energía es un aliciente para el uso de Sistemas de Aislamiento Térmico Exterior Traditerm de Grupo Puma, pero existen también otras ventajas importantes:

  • Revalorización del edificio, no solo por su eficiencia energética sino también por su nueva apariencia arquitectónica. Ambos incrementos de valor casi nunca considerados en la ecuación para lanzarse a hacer una rehabilitación energética. Por ejemplo, se puede contar con herramientas como la ofrecida por CoHispania para determinar en cuánto se incrementa el metro cuadrado de una vivienda si esta se mejora determinadas letras de su calificación energética.
  • Evitan las condensaciones en el interior de la viviendas consiguiendo así ambientes más confortables y saludables por la ausencia de hongo y moho producto de las condensaciones originadas por los puentes térmicos que se reducen muy fácilmente con la aplicación del aislamiento por fuera del edificio.
  • Conseguimos una capa lo suficientemente impermeable y transpirable, que además protegerá del estrés térmico estructural que sufre el edificio.

 

Entonces, ¿cómo debemos abordar y conseguir este cambio de enfoque? Haciendo una autocrítica, es que los fabricantes de SATE debemos trabajar e invertir más en la difusión de nuestras soluciones hacia los usuarios finales y a nivel de administración pública expongo dos puntos de actuación:

  • Modificación del Código Técnico de la Edificación para que la forma de medir la mejora energética de las medidas pasivas contemple la realidad en las zonas con climas más cálidos. Actualmente conseguir subir de clasificación un edificio en un clima cálido solo con medidas pasivas es tarea compleja. Con el incremento de temperatura del que estamos siendo testigos cada año hace que este punto aún cobre más importancia.
  • Aumento de la intervención social de las zonas de rehabilitaciones integrales o de barrios; para que no sean solo una rehabilitación arquitectónica sino también una intervención social. Como ejemplo de éxito es Ciudad de los Ángeles en Madrid, donde en el mismo barrio se contaba con una oficina de atención al ciudadano y desde la cual se realizó un trabajo de divulgación ciudadana de porqué se realizaban esas intervenciones, enseñanza a niños y jóvenes en lo que a tecnología empleada en los edificios, promoción del empleo en las mismas obras de rehabilitación, solución de conflictos originados por los trabajos y una ventana de comunicación entre las empresas intervinientes y el usuario final.
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