En arquitectura, hay espacios que trascienden su función. Esta cocina, diseñada por el estudio catalán eledepe Arquitectura, es uno de ellos. Más que un lugar donde cocinar, es un refugio contemporáneo en el que la luz, los materiales y el ritmo de la vida cotidiana se entrelazan con delicadeza.
El corazón del proyecto lo ocupa una gran isla central revestida en Alpi White de Ascale. Su textura aterciopelada, su blancura serena y su formato de gran dimensión sin uniones visibles aportan una elegancia sutil, a la vez cálida y minimalista. “Queríamos una cocina que no solo se viera bien, sino que se viviera bien”, explican desde el estudio “Alpi White nos ofrecía ese equilibrio perfecto entre belleza y resistencia”.
La cocina fluye como una extensión natural del salón, abierta, luminosa y funcional. Los tonos neutros predominan, potenciando la luz natural que entra a raudales por los ventanales. La elección de materiales — madera, metal, piedra sinterizada— crea un diálogo equilibrado entre calidez y sobriedad. Todo está pensado para que el espacio no solo sea estético, sino también cómodo, ergonómico y duradero.
Más allá de su apariencia impecable, Alpi White destaca por sus propiedades técnicas: resistencia al calor, al rayado, a las manchas y al uso intensivo. Una elección ideal para una cocina que se vive a diario, que acoge desde el desayuno rápido hasta las cenas en compañía.
La armonía del conjunto se completa con electrodomésticos integrados y mobiliario de líneas industriales. Cada decisión de diseño ha sido guiada por la intención de crear un ambiente que invite a quedarse, a cocinar, a compartir.
Este proyecto demuestra cómo un material puede elevar un espacio: Ascale, con su modelo Alpi White, convierte esta cocina en el centro emocional de la vivienda, combinando tecnología, estética y durabilidad en una sola superficie.
Fotografía: @BonetFotografia
Diseño: @eledepe
Superficie: Alpi White, de Ascale