En este caso Gala propone la cerámica Moscú, ideal para los amantes de las corrientes nórdicas y que es ideal para crear ambientes puros y neutros. Se trata de una cerámica que ofrece una sosegada austeridad estética a base de una paleta de tonos fríos y cálidos como el gris y el beige. Una monocromía a la que se le puede añadir dinamismo con las decoraciones en mosaico de esta colección, ideal para enmarcar espacios concretos –como la zona de ducha, el lavabo o el espejo– mediante el uso de colores coordinados.
Además, la calma y relajación que ofrece Moscú puede acrecentarse a través de una zona de ducha creada para la relajación integral de los sentidos, a través del plato de ducha Base Surface, la mampara Walk-in Zero y el conjunto de grifería termostática Balance. Se trata, por tanto, de un propuesta con estética minimalista y muy personal.
Cabe hablar también de los lavabos-encimera Emma Square, con líneas rectangulares que se combinan con una encimera, por lo que adquieren un efecto elegante y armonioso.
Una colección que ha tenido en cuenta hasta el último detalle. Un ejemplo de ello es la posición asimétrica del monomando Balance caño alto y la nueva iluminación led del espejo Cuarzo que acaparan todas las miradas con una clara intención de diseño.